Perfume

Tirado y pesadísimo, toneladas encima de acero y mucha fijación en la superficie, así me encontraba en esa tarde pasada. Quiero pensar que era el cansancio de los días anteriores pero me engañaría dado que sé que me encanta dormir en los alrededores, con la palma borracha de sol haciéndome compañía y con el deleite del festín que siempre tienen las hormigas. ¿No es delicioso?
Siempre ahi, cuando miras el cielo que hipnotiza y la brisa que inocula los poros mojada de ese sabor de verano tibio. ¿A poco no es delicioso? Los rayos dorados que flotan en la superficie, ahí suspendidos con sabor a mantequilla en el sartén, lentos y gruesos, resbalandose con dificultad con tus ganas de no levantarte. ¿A poco no es sólo delicia?
Se respira y con dificultad se expulsa, el aire parece vapor sedante, los pensamientos se extienden como masa para pastel y los balbuceos a veces salen porque tienen que salir. Solo el pensamiento dibuja los sueños distorsionados y los rayonea en el cielo de cartón eterno, en el horizonte infinito, siempre infinito. Y todo es perfume: el brazo que se acomoda, el pasto que te toca las piernas, los dedos que se enredan, aromas... los labios que sin querer ya besaste.

Pensando... puedo escribir los versos más tristes esta tarde...
Oyendo... un bache haciendo su trabajo.
Pendientes... Buscar una manera de decirle que la amo, sin que tenga que morirme para que lo sepa.
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